jueves, 7 de octubre de 2010

FIESTA FAMILIAR PROVIDENCE 2010



COMUNICADO 029


Sr. Padre de familia:
Saludamos a usted muy cordialmente en nombre de toda la Familia Providence, para comunicarle los siguientes puntos.

FIESTA FAMILIAR PROVIDENCE 2010.

1.- Como ya es de su conocimiento nos encontramos en el mes de nuestro VI aniversario, por tal motivo venimos realizando una serie de actividades que dimos a conocer el día de la segunda escuela de padres, y donde se acordó con todos los padres presentes llevar a cabo la fiesta familiar 2010.
2.- La fiesta familiar se llevará a cabo en el PARQUE DE LA JUVENTUD “EVELYN REVILLA PINTO” el dia 17 de octubre a las 10.00 AM(al reverso de esta hoja encontrará un croquis para ubicarse)
3.- Para esta actividad haremos llegar 5 tarjetas al precio de S/. 7.00 c/u (parrillada y pollada) por Padre de familia la venta y el consumo de las mismas es de carácter obligatorio, cada tarjeta esta numerada con el nombre de los alumnos. Y tendrán que ser canceladas el mismo día de la actividad. No se aceptará otro tipo de pago extemporáneo Si usted desea más tarjetas solicitarlas por secretaría.
4.-Ese mismo día se llevará a cabo el campeonato relámpago de fulbito para padres de familia, así como la presentación de Drilles, y la posterior premiación. Es de carácter obligatorio preparar un equipo por sección la inscripción es de s/.10.00 y se podrá realizar hasta el día viernes 15 de octubre en secretaría presentando una ficha simple con la relación de los jugadores.
5.-Todos quedan invitados a esta gran actividad organizada por toda la Familia Providence, para pasar un buen día familiar a lado de nuestros hijos.
REINADO Y VERBENA 2010
6.-Los candidatos elegido para competir por el titulo de Rey y Reyna 2010 de primaria son: Andrea Corimanya, Johan Medina, Geraldo Arenas, Angie Chicalla, Jonathan Chávez, Zhenia Anaya, Mauricio salcedo, Rodrigo Huamán, Dayana Cuno, Nayeli Castillo, los que tendrán que asistir al plantel el día sábado 09 del presente de 9 a 12 am para el ensayo del reinado.
7.-Cada candidato elegido deberá presentar un collage de fotos con el nombre del niño(a) exponiendo por qué quiere ser Rey Y Reina el ganador se llevará 100 votos el 2º y 3º puesto 50 y 25 votos respectivamente.
Además harán la presentación de un talento (baile, mímica, etc.) que tendrá como premio 200, 100 y 50 votos de acuerdo al puesto.
8.-En el Nivel Inicial se elegirá al Rey y Reina 2010 el día miércoles 13, teniendo en cuenta que sus votos son acumulativos. Los niños de este nivel también presentarán el collage y talento antes expuesto.
9.-Le Comunicamos que este sábado 09 de octubre se reanudan los talleres programados a cargo de la profesora Cynthia Bernal y Profesor Miguel Ángel Zúñiga.
10.-Invocamos a todos los padres de familia que aún no han cancelado la pensión del mes de septiembre hacerlo el día lunes como último plazo para poder cumplir con el pago puntual de los Srs. Profesores.


Sin más que comunicar por el momento nos despedimos de usted deseando que Dios nuestro señor bendiga vuestros hogares.

Atte.


LA DIRECCIÓN
¿Cómo llegar? hacer clik en la imagen para visualizar el croquis

martes, 11 de mayo de 2010

LA NUBE NEGRA

(LA DEPRESIÓN. LAS CRISIS CREATIVAS)Más de cien palabras, más de cienmotivospara no cortarse de un tajo lasvenas,más de cien pupilas donde vernosvivos,más de cien mentiras que valen lapena.Más de cien mentiras (Esta boca esmía)«Soy un tipo profundamente pesimista y descreído, de esosque cada día se hacen el truco de que la vida es fantástica paraseguir viviendo. Cada día tengo más a raya el pesimismo porque esla única manera de poder vivir.» «Crisis creativas tengo todos losdías. Pero mi necesidad de escribir es aún mayor, con lo cual he asumidoque las crisis creativas son sólo una parte del ciclo de crear.Creo que la necesidad de escribir me acompañará mientras viva.»Tras sufrir la consabida isquemia cerebral, el cielo se desplomó sobre sucabeza con una furia bíblica, y las otrora imperiosas ganas de hincarle el diente a lavida, sus proverbiales «ganas de», se evaporaron de súbito.Fueron meses, años incluso, duros, ásperos, asesinos. Meses, años incluso, enlos que sufrir, a la vallejiana manera, solamente. Un período —meses, años incluso— en el que su existencia transcurrió emparedada en su piso madrileño. Tan sólocumplía, y a duras penas, aquellos compromisos profesionales en los que andabametido algún amigo íntimo.Dejó de cantar. Dejó de componer.Y es que el cielo se le antojaba, por decirlo con una imagen lorquiana, unavitrina de espuelas.J. M. F.: Háblame de tu depresión, Joaquín. De esa nube negra que te sobrevinotras el marichalazo, rebasados los cincuenta, como una furiosa menopausia. Quiénte lo iba a decir.J. S.: ¿Quieres que te hable de la depresión? Pues para que lo entiendas fuealgo así como cuando uno tiene catorce o quince años y cree que la muerte es algoque sólo les pasa a los demás y nunca a él, porque la muerte no existe entonces enabsoluto, ni siquiera si de pronto se muere tu abuelo. De hecho, los niños no lloranen los entierros; están inmunizados por unas enzimas que tienen. Del mismo modo,la depresión, que alguna vez sufrí de cerca por cierta chica muy amada, me parecíaque era algo que nunca me iba a pasar a mí. A raíz del marichalazo, del que merecuperé asombrosamente rápido —al cuarto día ya andaba y podía mover el brazo—, algún médico, algún sabio que consulté, me dijo que tuviera cuidado porque,cuando menos me lo esperara, me iba a sobrevenir una depresión. Y sucedió. Deuna forma además bastante rara de tragar para quien yo había sido, porque era unagrandísima falta de interés por todo o por casi todo y ningunas ganas de ver anadie, ni siquiera a la gente más querida. Estuve así como año y medio o dos años,sin «ganas de» [en alusión a su canto a la vida Ganas de..., incluido en el disco Estaboca es mía]. Con un rechazo radical y frontal por todo lo que significara escenarioy compromisos públicos. Incluso cuando empecé a asumirlos, a ir, por ejemplo, aalguna entrevista de prensa o de televisión, o con Luis García Montero y ÁngelGonzález el día de la presentación de mi libro de sonetos, me costaba muchísimo.Nunca olvidaré un día que tuve que presentar una novela de Almudena Grandes:estuve vomitando una hora entera, hasta justo dos minutos antes de salir a presentarla.Mi cuerpo rechazaba completamente cualquier compromiso público.Recuerdo también que Manel Fuentes, al que quiero mucho, me quería hacer unaentrevista para su programa de televisión y tuvo que venir a casa tres veces porquelas dos primeras no me presenté. Le decía a la Jime: «No puedo, no puedo», y ellainsistía un poco y yo me ponía histérico: «¡Si te digo que no puedo es porque nopuedo!» El caso es que al final conseguí domar mi cuerpo de una manera rara:cuando tenía que hacer algo para un amigo muy querido al que no le podía decirque no —hablo de muy pocas personas, Luisito García Montero o Ángel González—,me levantaba diez horas antes para vomitar y pasar del espejo. Y así fui empezandoa salir.J. M. F: Y a tus hijas ¿sí las veías?J. S.: Sí, a ellas sí las veía. De hecho, en los últimos tres años he sido el padreque antes no fui. Es decir, me las llevo a Cuba y a Rota [Cádiz] y vienen a mi casacada dos fines de semana. También porque han cumplido unos años [tienen quincey trece] y ahora puedo hacerles los chistes más crueles del mundo y ellas se ríen yme siguen el rollo. Hace cuatro años jamás se me habría pasado por la cabezallevarme a mis hijas a Cuba, y ahora, como te digo, lo estoy haciendo. La verdad esque si para algo me sirvió la enfermedad fue para estrechar lazos con mis hijas.Pero cuando estaba muy, muy mal, llegué a pasar quince o veinte días sin verabsolutamente a nadie, sin hablar y sin salir siquiera a la parte de mi casa que noera mi dormitorio. Viendo mucha televisión, leyendo bastante poco y,fundamentalmente, haciéndome el dormido. Fui a un neurólogo y me dio unosantidepresivos, los que a todo el mundo, tranquimazines y cosas así. Pero eso meadormilaba. Hasta que llegó un momento —de eso hará seis o siete meses— en queme sentí capaz de depender menos de esa ayuda y yo solito he ido reduciendo lasdosis, y ahora prácticamente no estoy tomando ninguno. Ahora me he puesto aescribir canciones y a hablar con la gente, pero todavía no tengo tan claro si subiréla escalera de un escenario del único modo que debe subirse, que es diciéndote enel penúltimo peldaño: «Ahora se van a enterar éstos.» Con esas «ganas de».J. M. F: Luego no se puede hablar exactamente de una crisis creativa aresultas de la depresión, sino de desgana, de apatía, de abulia.J. S.: Es que yo no encontraba asideros y a mí siempre me ha apasionado lavida. Cada dos meses me cogía una buena curda con mis amigos y entonceshablaba por los codos y cantaba como un mariachi, pero estuve siete u ocho mesessin coger la guitarra, sin mirarla siquiera. Y eso me hace recordar cosas muygraciosas que me contaba Berry [su actual manager y el de Serrat y Paco de Lucíadesde tiempos inmemoriales] sobre Paco de Lucía, fíjate qué pedazo de guitarrista.Berry venía a mi casa y veía las guitarras en la misma entrada, así colocadas una allado de la otra, y decía: «¿Sabes qué diría Paco si entrara? Pasaría, vería lasguitarras nada más entrar y les diría: hijas de puta» [risas]. Yo a la guitarra no lainsultaba, no. Lo que pasó es que me olvidé de que existía.J. M. F.: Hace ya muchos años, poco antes de Física y química, sí tuviste unacrisis creativa seria.J. S.: No fue una crisis creativa propiamente dicha. Al acabar un disco, y creoque ya hemos hablado de eso, siempre pasas unos meses en los que te dices:«¡Carajo! Ya no voy a hacer canciones tan bonitas como éstas.» Eso pasó hacepoco. Estuve también cerca de un año sin escribir nada pero en cambio salía todaslas noches y vivía muchísimo todo el tiempo. Me interesaba todo, me lo comía todo,me lo bebía todo y me lo esnifaba todo. Pero esta vez la vida había perdido su colory su sabor. Y tengo que decir que mis amigos los poetas líricos estuvieron ahí de unmodo impresionante. Con muchísimo respeto, porque si yo no quería ver a nadie nojodían. Pero siempre, todos los días, me proponían algo que se supone me podíaapetecer. Y cuando digo los poetas líricos hablo de Luis García Montero, AlmudenaGrandes, Felipe Benítez Reyes y Benjamín Prado. Y a ráfagas, porque desafortunadamentepara nosotros no está siempre en Madrid, Ángel González.

UN PARÉNTESIS DISYUNTIVO

(Todo lo que viene ahora está inspirado en un verso deJosé Ortega Cano: «Estamos tan a gustito.» A partir de ahíquiero decir que tuve una seria discusión con el espejo el díaque quedamos para empezar a hablar. La discusión era:¿debo o no debo tener una guitarra a mano? Lo que a mí mepedía el cuerpo era que sí. Por ejemplo, para tocarla ahora.Pero la cabeza me decía que no. ¿Que por qué? Pues porquela cabeza decía: si coges la guitarra y estás feliz —como estoyahora mismo, echándola tantísimo de menos—, te pones atocar y... Mira. Te has fumado un canuto y te has bebido treswhiskis y estás disfrutando de la gardenia de la amistad,perdonen la mariconada, entonces coges la guitarra, se teocurren cuatro versos estupendos, inicias una canción y ellibro se va a la mierda. Porque entonces me acuesto y melevanto con la canción, y mañana te llamo a las once de lamañana no para decirte que hablemos sino para cantártelacomo un mariachí Así que creo que hago muy bien noteniéndola a mano. Lo cual no incluye lo siguiente: ¡me muerode ganas por coger ahora mismo una guitarra, mandar el libroa la puta mierda y hacer una canción! Y ahora, si te parece,sigamos...)

¡NO SIENTO LA PIERNA!

¡NO SIENTO LA PIERNA!(EL MARICHALAZO)Pero sin prisas, que a las misasde réquiem nunca fui aficionado,que el traje de madera que estrenaré no estásiquiera plantado,que el cura que ha de darme la extremaunción noes todavía monaguillo...A mis cuarenta y diez (19 días y 500 noches)«El día que imaginé un futuro en silla de ruedas, mepareció que la vida así no era digna de ser vivida.»Con la falsamente testamentaria A mis cuarenta y diez, canción incluida en eldisco que le hizo ingresar en el Olimpo musical hace ahora seis años, 19 días y 500noches, Sabina quería que aquellos carroñeros que tanto especulaban sobre sucada vez más achacosa salud, consecuencia de sus no muy variados pero síconsuetudinarios excesos, supieran que aún quedaba mosca cojonera para rato.Sin embargo, tan sólo dos años después, concretamente la madrugada del 23al 24 de agosto de 2001, ingresó en una clínica de Madrid a causa de un ictuscerebral que hizo pensar lo peor. Sobre todo a los medios de comunicación, que seapresuraron a dar la noticia como si su desaparición terrenal fuese cosa de horas,por no decir minutos. Máxime cuando hacía apenas un mes que había canceladodos veces consecutivas una lectura de poemas en Barcelona, dentro de laprogramación cultural del Grec, aquejado de una úlcera estomacal, su «úlceraclásica».Pero por fortuna para su legión de adoradores y para desgracia de loscoleccionistas de esquelas de personalidades harto incómodas, la lesión cerebral sequedó en un mero aldabonazo, y Sabina, viejo lobo de secano con tantas cicatricesen el alma como en la magra osamenta, volvió a la vida con la en principiosaludable intención de sentar la cabeza.¿Lo consiguió? Digamos que a medias.Pues olvidó la lección «a la vuelta de un coma profundo».J. S.: Había ido a cenar con Rosa León, José Luis García Sánchez y los VíctorBelenes [Víctor Manuel y Ana Belén], y después les invité a tomar una copa en casa.Yo quería lucirme ante ellos mostrando mi buena salud, porque llevaba cuatromeses sin meterme una raya y la verdad es que me encontraba muy bien.Estuvimos hasta las tres o las cuatro de la mañana. Luego, cuando se marcharon,estuve pintando un rato porque aquello coincidió con una época en la que megustaba meterme en una habitación con unos óleos y pintar. Por cierto, muy aposteriori pienso que también el veneno ese que desprenden los óleos en unahabitación cerrada durante horas pudo tener algo que ver con lo que me pasó. Heleído explicaciones médicas de que a Van Gogh y a otros los mató el aspirar ese oloren habitaciones muy cerradas.J. M. F: ¿Crees en serio que eso pudo contribuir a tu ictus?J. S.: La verdad es que no [ríe]. Porque lo último que recuerdo de aquellanoche, antes de despertarme, es que iba por el pasillo hacia mi habitacióntrastabillando y tocando las paredes, y muy, muy, muy, muy, muy borracho. Teniendoen cuenta además que acababa de dejar la coca, con sólo aspirar el corchoescocés me emborrachaba.»El caso es que no sé a qué hora, creo que eran las cinco de la mañana, medesperté muy alucinado. Tenía la cabeza a los pies de la cama. Quise levantarme eir al baño, y noté que no podía. Tenía la pierna y el brazo derechos absolutamenteparalizados, pero sin el más mínimo dolor. El dolor, dicen los médicos y los filósofosde la medicina, es lo que te avisa, claro, de que algo pasa, como la fiebre. El caso esque no noté dolor alguno. De hecho, la pierna y la mano paralizadas realmente lasnoté tres días después, esa noche no. Porque, como te digo, me había acostadomuy borracho y debía de tener una resaca de muerte. Cuando noté que no podíalevantarme, grité: "¡Jime! ¡Llévame a un hospital, no me puedo levantad", como losde Mecano [risas]. Llegamos al hospital y yo, que soy de muy poquito comer, meventilé dos bocatas acompañados de una cerveza.J. M. F: Y ¿Jimena? ¿No se desmayó ante semejante espectáculo?J. S.: No, pero luego me contó, a toro pasado, que hubo cosas muy graciosas.Me lo contaron ella y otras personas. Por ejemplo, cuando llegaron Víctor Manuel yAna Belén a las seis de la mañana al hospital. Ana me contó luego, con muchagracia, que Víctor había exclamado [pone voz solemne y lastimera]: «¡Quién nosqueda ya!», y Ana le tranquilizó diciéndole: «¡Tú, Víctor, tú!» [Risas.] ¡Me daban pormuerto, los muy cabrones!»Por cierto, le recomiendo a todo el mundo los infartos cerebrales. Porqueanestesian. Es decir, sólo me derrumbé cuando al tercer día me quise incorporar yme tuvo que llevar la Jime a mear y bajarme los calzoncillos. Eso a los de mi pueblono nos gusta nada. Y ahí me se cayeron lágrimas como melones. Sentado en la tazadel váter, le dije a la Jime: "Así no. Así no quiero seguir." Pero a los dos días empecéa mejorar de una manera sorprendente. Y ahora, por favor, pasemos a la siguientepregunta.J. M. F.: La siguiente pregunta es si ese suceso cambió tu vida.J. S.: Sí, sí la cambió. Pero también tengo que decir que en el lado más visible,más popular y más callejero, eso había pasado un año antes. Yo me había retiradoclarísimamente de los bares, como antes te he dicho, y tú sabes, antes de empezara escribir con Antonio Oliver 19 días y 500 noches. Es justo un año antes. De lacoca, cuatro meses antes. Y luego la isquemia me retiró de más cosas. Aunquedespués volví a todas menos a la de la nariz.